¿Se frena el precio de la invernada?

En la recta final del año, los efectos de la sequía siguen marcando la cancha en el negocio ganadero. A partir de la menor disponibilidad forrajera, los productores apuraron la salida de hacienda de los campos y se generaron dos escenarios bien diferenciados.

En los remates de hacienda, los ingresos son atípicos para esta época del año, tal como se evidenció en uno de los últimos remates organizado por el Mercado Rosario Ganadero (ROSGAN), con un encierre que superó las 20.000 cabezas de invernada. El último cuatrimestre del año suele mostrar menores volúmenes en esta categoría.

Pero esta amplia oferta no encuentra una vía para canalizar, porque los compradores también están limitados, al no tener campos en donde producir esas cabezas. En este contexto, el primer impacto hizo visible en las cotizaciones de los animales livianos.

“Este mes sinceró una situación que lentamente había comenzado a fluir que era el amesetamiento del precio de la invernada, con su visión positiva el productor aguantó todo lo que pudo sus rodeos”, advirtieron desde la entidad.

A la espera de lluvias que permitan recomponer el balance forrajero, los feedlots no se perfilan como una opción. La suba de costos productivos y el impacto que generó la suba de las tasas de interés, hace que en la actualidad los corrales estén con una marcada rentabilidad negativa.

“La coyuntura signada por la sequía produjo bajas en los precios de las distintas categorías”, señalaron. Si bien estos recortes no llegaron a ser importantes, hubo un dato que llamó la atención: muchos lotes fueron retirados de la venta, porque las expectativas de los remitentes no estaban en línea con lo que el mercado reflejaba.

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