Zinc, el micronutriente que eficientiza el cultivo de trigo

El trigo es el cultivo de invierno más importante en los sistemas de producción de la región pampeana, y el manejo adecuado de su nutrición es uno de los principales factores para maximizar la producción, siendo el zinc (Zn) un micronutriente muy importante.

Para la venidera campaña 2023/24, el cambio en la tendencia climática pone en el cereal la esperanza de que comience la recuperación del sector agropecuario, luego de los problemas derivados de la sequía.

En este contexto, una falencia muy común a la hora de presupuestar fertilizaciones es que se tienen en cuenta nitrógeno, fósforo y en algún que otro caso azufre, pero en la mayoría de los casos no se toma en consideración la importancia del zinc, un minutriente del que se reporta cada vez más deficiencia en los suelos argentinos.

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Comparación en la respuesta y desarrollo del cultivo de trigo sin tratamiento y con aplicación de zinc.

Bajos niveles en la región pampeana

Un estudio de Sainz Rosas (et al, 2018) señala que la disponibilidad de zinc en los suelos disminuyó entre 40 y 70% respecto de sus niveles iniciales y de esta manera, más del 50% de los suelos de la región pampeana presenta niveles bajos a muy bajos, menores a una parte por millón.

En paralelo, la información brindada por los laboratorios de análisis de suelos no deja lugar a duda: el zinc es un micronutriente cuya deficiencia se ha incrementado en toda la región triguera del país, llegando a ser generalizada en algunos ambientes.

El Laboratorio Agroestrategias Consultores, a cargo de Wenceslao Tejerina, suma más datos al respecto: en la zona núcleo argentina, entre el 80% y 85% de las muestras de suelo que están analizando muestran deficiencias de zinc.

Otro ejemplo que refuerza la relevancia del problema: recientemente el Laboratorio Fertilab, realizó un estudio zonal de los resultados de las muestras de suelo analizadas para Zn DTPA. El 28 % de las muestras analizadas de la región sudeste y centro de la provincia de Buenos Aires presentó valores debajo del umbral de 1 ppm.

En la región centro-sur el porcentaje de muestras con deficiencia fue del 65% y en zona núcleo, sur de Córdoba y Santa Fe el valor hallado fue de 75-80% Sur de Cordoba-Sta Fe y el 67% de las muestras recibidas.

Análisis y aplicaciones

Estos números constituyen una muestra clara de la importancia de un correcto muestreo de suelos y de incluir el análisis de este micronutriente, ya que además de que su incorporación logre respuestas de rendimientos más marcadas y de mayor magnitud en los años en que ocurren situaciones de estrés, como ha sucedido en las últimas campañas.

En la zona núcleo argentina, entre el 80% y 85% de las muestras de suelo que están analizando muestran deficiencias de zinc.

Cabe recordar que el zinc es un nutriente altamente requerido en la etapa inicial del cultivo, ya que tiene una función crucial en su desarrollo, al promover el crecimiento radicular y formación de hojas y macollos. Por eso, una adecuada provisión de zinc desde la semilla y a lo largo de todo el ciclo es clave a la hora de construir una estrategia de fertilización integral.

En general, la recomendación es incluir zinc al ingresar a un nuevo lote en muestras de 0 a 20 centímetros, y cada 2 o 3 años, por tratarse de nutrientes o parámetros de menor variación interanual y/o movilidad. El umbral de deficiencia se calcula en una parte por millón de zinc extractable, por el método DTPA.

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El zinc es un nutriente altamente requerido en la etapa inicial del cultivo de trigo, ya que tiene una función crucial en su desarrollo, al promover el crecimiento radicular y formación de hojas y macollos.

Propuesta de manejo

Bajo este panorama, se puede manejar el zinc mediante una estrategia integral que incluya el tratamiento de la semilla y, dependiendo del nivel de deficiencia y rendimiento objetivo, un complemento vía foliar, sincronizando las aplicaciones con la demanda del cultivo.

En el caso de la semilla, la herramienta es un fertilizante líquido con efecto estimulador de crecimiento.

Los ensayos realizados por especialistas muestran aumentos de rendimiento de entre 5 y 7%, con un retorno de la inversión de 10 a 1 a favor del fertilizante.

Al aplicarse a la semilla, los quelatos liberan el zinc gradualmente durante el desarrollo del cultivo. Como complemento, los cofactores de crecimiento estimulan una rápida germinación, uniformidad de plántulas, un rápido y vigoroso desarrollo radicular, asegurando un stand de plantas adecuado, en sinergia con el aporte de zinc.

De allí que, tras una campaña complicada, es importante ser muy eficientes a la hora de captar los nutrientes que aportan los fertilizantes y apuntar al desarrollo de las raíces, ya que serán el órgano a través del cual se capten esos nutrientes aplicados al suelo. Un adecuado desarrollo radicular es determinante para la adaptación y recuperación del trigo a eventos de estrés.

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