En un escenario afectado por escasas lluvias, hubo un híbrido que sobresalió con sus resultados. “Se comportó muy bien en siembra temprana y mostró una estabilidad notable durante el período sin precipitaciones”, destacó Martín Albornoz, el productor y asesor del norte bonaerense que llevó adelante la comparación de rendimientos.
En el norte bonaerense, Martín Albornoz emprendió junto a su hermano un desafío poco común: medir el comportamiento de 34 híbridos, de 12 semillas diferentes, en un mismo lote, bajo condiciones de manejo tradicional y con un seguimiento técnico exhaustivo.
Albornoz es productor y asesor agropecuario. Desde su empresa, Grupo DTP, se dedica a acompañar a productores en la gestión integral de sus campos. Su área de influencia abarca unas 5000 hectáreas alrededor de Ascensión, en el norte de Buenos Aires, donde producen trigo, soja, maíz, arveja, girasol y pasturas de avena, centeno y vicia.
La zona no requiere grandes presentaciones: es el corazón de la zona núcleo y sus condiciones la hacen de las más fértiles del país. “Son muy buenos lotes porque estamos en la zona más productiva de la Argentina. Los lotes acompañan en prácticamente todo”, describe. Allí los suelos tienen buena fertilidad y rotaciones estables. “En años normales, un maíz puede superar los 12.000 kilos por hectárea y una soja los 4.000”, considera.
Fue en ese contexto donde realizaron un ensayo sobre siete hectáreas con 34 híbridos de 12 semilleros diferentes, todos con testigo apareado. «No tenemos registro de un ensayo con esta cantidad de híbridos en esta zona», destaca Albornoz y precisa que sembró temprano, el 17 de septiembre, y cosechó el 13 de marzo.
La particularidad de este ensayo fue el clima. “El único problema que tuvimos fue en el período crítico, entre diciembre y enero, porque llovieron solo 63 milímetros en diciembre y 32 en enero. Eso afectó muchísimo el rendimiento”, relata.
Fue en ese contexto cuando el híbrido de Nidera NS 7765 Viptera 3 mostró su fortaleza. “Se comportó muy bien en siembra temprana y mostró una estabilidad notable durante el período sin precipitaciones”. En estas condiciones secas, el rendimiento fue de 9960 kilos por hectárea, 724 kilos por encima del testigo (un 7% más). En la comparación general, se ubicó entre los 4 mejores híbridos y con excelente comportamiento frente a vuelco.
El resultado del NS 7765 tiene lógica en función de los datos: según registros de PROTEA, en localidades como Vedia, Junín y Chacabuco, el híbrido tuvo un rendimiento promedio de 10.488 kilos por hectárea, lo que lo ubicó entre los más altos de la zona.



