Todos los granos a la tolva: manejo de pérdidas de cosecha en trigo

Según datos del último censo agropecuario, el 50% de las cosechadoras relevadas tiene más de 15 años. “Hace falta un mayor recambio, hacia equipos que incluyan un mayor grado de automatismo y autorregulación para hacer más eficiente el proceso y disminuir pérdidas de cosecha”, enfatizó Juan Manuel Vázquez, de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata.

Por otro lado, independientemente de la antigüedad de las máquinas, es muy importante una regulación adecuada. En el trigo, las pérdidas corresponden en partes iguales al cabezal y la cola, “porque es un cultivo donde ingresa mucha cantidad de paja en proporción a la cantidad de grano y cuesta separar las fracciones”, explicó el especialista.

Vázquez apunta a ajustar la posición y el índice de molinete -que debe estar entre 1 y 1,5- y hacer un adecuado mantenimiento de la barra de corte. Esta última debe “posicionarse lo más alto que se pueda (siempre debajo de las espigas) para llevar al mínimo la cantidad de paja que entra a la cosechadora”, aclaró. También recomienda cuidar la limpieza de equipos para mejorar su funcionamiento y prevenir incendios durante la cosecha.

Limitar la velocidad

Además, el especialista hace hincapié en limitar la velocidad de cosecha entre los 6-7 km/h. En este sentido se deben conciliar intereses con el operario. Por ejemplo “se puede bonificar un incentivo por pérdida de cosecha por ese ajuste de velocidad”, destacó.

En cuanto al tipo de cabezalEduardo Berutti (Metalfor) remarcó que aquellos con tecnología Draper -con traslado del material cortado mediante bandas de caucho-, permiten aumentar la eficiencia de las cosechadoras porque “facilitan a que el material llegue como un manto parejo y ordenado para que se pueda expresar mejor el sistema de trilla y separación”, indicó.

El que no mide no gana: herramientas para cosecha y poscosecha

Para calcular las mermas en cosecha se puede emplear el método de los aros, arrojados antes y después del paso de la cosechadora. “Menos de 80 kg/ha es algo aceptable para un rendimiento de unos 4.000 kg/ha, lo que representa un umbral del 2% de pérdidas de la producción”, precisó Vázquez.

En lo referido a poscosecha, las tecnologías con sensores que se instalan en silobolsas permiten monitorear variables como dióxido de carbono, humedad intergranaria y temperatura.

Lo hace emitiendo alertas para prevenir deterioros en el estado de conservación de los granos y minimizar pérdidas, reduciendo además la necesidad de acondicionamiento de los granos antes de enviar a puerto.

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