Carbap lanzó un fuerte reclamo político hacia los gobiernos municipal, provincial y nacional, en medio de una inundación que ya lleva 9 meses y que afecta gravemente al corazón productivo bonaerense.
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa lanzó un fuerte reclamo político hacia los gobiernos municipal, provincial y nacional, en medio de una inundación que ya lleva nueve meses y que afecta gravemente al corazón productivo bonaerense.
En un comunicado, Carbap responsabilizó directamente a las autoridades por la falta de obras y advirtió que la situación evidencia “promesas incumplidas, demoras injustificadas y absoluta falta de voluntad política”.
Según un relevamiento realizado sobre imágenes satelitales del 11 al 13 de noviembre, en la cuenca del río Salado —que abarca unas 17 millones de hectáreas— 2 millones aparecen inundadas o anegadas y 3,8 millones están afectadas de manera tal que quedaron fuera de producción: sin piso, sin caminos transitables y sin posibilidad de ingreso de maquinaria.
“Todos los niveles de gobierno tienen responsabilidad y ya no pueden esquivarla”
Carbap acusó que lo que hoy vive el interior bonaerense es el resultado directo de 2 de inacción estatal.
Terminar el Plan del Salado para 2030
La entidad ruralista fijó un objetivo tan claro como urgente: las obras del Plan Maestro del Río Salado deben completarse por completo antes de 2030. Y definió esa meta como “innegociable”.
“No es un slogan ni un deseo. Es una obligación moral, productiva y social”, afirmó Carbap.
La organización recordó que el plan no exige tecnologías complejas ni obras extraordinarias: “Hablamos de canales, puentes y obras hidráulicas básicas, para las cuales Argentina tiene ingenieros, técnicos y maquinaria. La capacidad existe: lo que falta es decisión política”.
Carbap también cuestionó el argumento oficial de la falta de recursos. “Frente a quienes repiten ‘no hay plata’, la respuesta es simple: en esta cuenca sí hay plata; la generan los productores y la recaudan los tres niveles del Estado todos los años”.
Por eso, la entidad exigió compromisos públicos y verificables tanto del Gobierno actual como de los futuros gobernantes para garantizar que el plan se ejecute íntegramente.
“La producción no espera. El interior tampoco.”
El comunicado concluye con advertencia: “Las inundaciones no esperan. La producción no espera. La familia rural, la educación, la salud, la seguridad y el futuro del interior productivo tampoco pueden seguir esperando”.
Con el avance del agua, miles de familias rurales y millones de bonaerenses continúan afectados directa o indirectamente. Para Carbap, el 2030 ya no es una fecha de planificación: es un límite. Y es la línea en la que, según la entidad, deberá medirse la responsabilidad política de quienes gobiernan hoy y quienes gobernarán mañana.



