La información es clave a la hora de recriar vaquillonas

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Realizar pruebas, evaluaciones y ensayos permite adquirir conocimientos y experiencias. Quizá es justo lo que se necesita para mejorar un sistema productivo. Por eso el grupo Producción Animal de la Estación Experimental Agropecuaria San Luis del INTA, trabajó en la incorporación de subproductos de la industria del maíz a la hora de recriar vaquillonas sobre pasturas megatérmicas diferidas.

“El objetivo que nos planteamos -especificó el ingeniero agrónomo Manuel Martínez- fue que los animales en período de recría, sobre todo vaquillonas de reposición, tuvieran una ganancia de peso diario de 500 a 700 gramos por día. No solo pudimos cumplir este requerimiento, sino que además alcanzamos los 750 gramos”, dijo.

Añadió el profesional del INTA que se enfocaron en la recría “porque hay varios estudios que indican que si restringimos al animal que está siendo recriado en cuestiones nutricionales, las futuras crías tendrán diferencias en peso de nacimiento, en la llegada al primer servicio, es decir que se verán afectadas al no tener una buena nutrición en este estadio”.

Necesidades básicas

Martínez indicó que es necesario suplementar cuando la pastura que los animales comen, no cumple con las necesidades básicas: “Cada categoría tiene diferentes requerimientos nutricionales, una vaca adulta, un ternero, o una hembra de recría. Por eso, si la pastura o forraje que tengo no alcanza, debo suplementar”, afirmó.

Si bien durante el verano se puede proyectar una suplementación, la investigación, que forma parte de una línea de trabajo a nivel nacional, estuvo más enfocada en la época de frío, cuando las pasturas son diferidas y poseen una una calidad muy inferior a los requerimientos básicos.

recriar vaquillonas

Utilizamos la digitaria como material diferido y la suplementamos con distintos productos”, explicó. “El primer año lo hicimos con un macropellet que es un subproducto de la industria del maíz, que tiene forma acilindrada, como si fuese un fibrón; esta cualidad resultó interesante ya que cuando lo tirábamos al suelo los animales lo consumieron de ahí, se pudo distribuir en el lote sin necesidad de usar comederos”, y añadió que lo entregaban de manera discontinua.

“Como no tuvimos diferencias en ganancias de peso a través de esos tratamientos, entonces concluimos en que a este tipo de suplementos debemos entregarlos día por medio y nos ahorramos cuestiones operativas y de logística, entre otras”, completó.

Pellet balanceado proteico

Otro experimento que realizó el equipo de investigación consistió en “usar un pellet balanceado proteico común que es mucho más chico, mide aproximadamente dos centímetros. Este sí había que entregarlo en comedero porque si lo poníamos en el suelo no lo podían levantar y no lo hubieran consumido”, contó.

“Este año -siguió Martínez- probamos una dieta que combina gluten feed húmedo, sin procesar, y lo contrarrestamos contra una dieta básica de cualquier campo que tiene grano de soja con maíz. Entonces cuando se los entregamos, unos animales comían una cosa y otros otra. En esta prueba pudimos medir los resultados, también fueron buenos, y no tuvimos grandes diferencias”.

Componentes necesarios de la dieta

Todos los suplementos combinan y están compuestos de granos como maíz, soja o girasol, que aportan energía proteína o fibra, que es lo que el animal necesita. Según el ingeniero agrónomo, la dieta debería rondar entre un 17% de proteína bruta y un 65% de fibra.

Este tipo de conocimiento al productor le sirve para saber que “al intentar incorporar algún tipo de suplementación se evalúan los costos. “Entonces, teniendo los resultados productivos ellos pueden inferir cuánto van a ganar si tienen que invertir en determinado producto, es un dato base”, afirmó el técnico.

“Si suplemento con este macropellet o pellet voy a estar ganando determinada cantidad de gramos, dependiendo de cuánto repercute en el sistema puedo o no afrontar la suplementación, si esa ganancia generan un saldo positivo, de lo contrario no sirve”, explicó.

Martínez afirmó que hay muchos productos que están disponibles. “El macropellet es más complicado de manejar porque hay que tener en cuenta, muchas veces, que para el gluten feed seco, es caro el flete.

“Hay estudios que indican que no es conveniente que recorra más de 100 kilómetros este tipo de suplementación, porque si tengo un campo muy grande tengo que ver el tema de la distribución y seguramente necesitaré un tractor con un mixer que me reparta el pellet”, indicó.

Ventajas de los suplementos secos

“Aquí no damos recomendaciones, pero sí contamos experiencias porque cada caso, cada sistema de manejo, es particular. Entonces pueden ver cómo nos fue y usar de base este conocimiento. El tema del almacenamiento es también otro aspecto a tener en cuenta.

“Lo bueno de los suplementos secos es que vienen en bolsas y se pueden acumular en lugares sin humedad. El gluten feed húmedo, si lo ponés al aire libre pierde valores nutricionales, mientras que si está en un galpón así nomás pierde calidad o se vuela”.

Martínez especificó que el gluten feed se mantiene mucho mejor, pero es más caro porque incluye costos para secarlo. “El húmedo no se mantiene en condiciones, hay que apisonarlo y hacerlo silo o comerlo rápido. Si un productor tiene pocas vacas no debería comprar húmedo, porque pierde calidad forrajera.

“Si los animales son muchos, se puede implementar el húmedo y lo tienen que consumir en cierto tiempo porque si no se pierde. Además hay que tener en cuenta que es un suplemento. Estamos hablando de combinar e incorporar suplementos energéticos y proteicos. Los animales en general consumen 3% de peso vivo, solo el 1% se lo damos en suplemento y el resto, en pasturas”, concluyó Martínez.

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