Así respondió el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, ante la consulta sobre si era cierto el trascendido de que desde su ministerio se avanzaría en el conflicto abierto por el reconocimiento a la propiedad intelectual de semillas.
La industria siempre reclamó el pagó por el uso de la tecnología, principalmente en las variedades autógamas como trigo y soja. Este martes, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca convocó a la industria semillera para dialogar sobre el tema.
“Va en el eje de la ley de semillas. Están en una ronda de consultas”, señaló una fuente que participó de la reunión. Horas más tarde, el ministro Julián Domínguez confirmó que trabajan en un instrumento para ordenar el comercio de semillas.
El ministro destacó que no hay una solución única. “Estamos escuchando todas las posiciones para construir el camino posible”, aseguró en la presentación de Aapresid, luego de que se conociera que el Gobierno busca avanzar en un cobro “estratificado” para el uso propio que hace el productor que cosechó un grano, como la soja, y lo guarda para semilla en la siguiente campaña.
Pero Domínguez señaló que hay dos problemas puntuales que se deben resolver antes de avanzar con una resolución al respecto. Para el funcionario, en soja primero está el tema del atraso en materia de productividad respecto de Brasil, de unos 300 kilos por hectárea. Otro punto es “la incertidumbre de acciones judiciales de todo tipo” hacia los productores.
“Las semillas fiscalizadas que se venden en la Argentina [en soja] son el 18%, sabemos que este camino lo que hace es atrasarnos aún más. Estamos buscando la manera inteligente de construir un acuerdo que sea un piso, previo a una ley de semillas que permita resolver este problema”, señaló el ministro en una conferencia en el marco de la presentación del próximo Congreso de Aapresid.
“Estamos convencidos de que los rendimientos que genera tener la última tecnología son superiores a lo que el productor pague. Esto la Argentina lo tiene que resolver y estamos en ese camino, estamos escuchando todas las posiciones para construir el camino posible. Todavía no hay un camino. Lo que tiene es que, obviamente, ser algo que garantice a los productores que el rendimiento va a ser sobre lo que tiene el sistema actual”, puntualizó.
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Por otra parte, el funcionario indicó que esto sería para evitar problemas en el futuro. “Estamos ante un año que es crítico, yo como ministro no me puedo quedar con los brazos cruzados y dejar que las cosas pasen y asistir año tras año una pérdida de rendimiento y de producción. Por otro lado, también a las exigencias de las empresas a los productores. Este es un tema que hay que ordenar”, amplió.
Además, deslizó que ha venido hablando con los cuatro integrantes de la Mesa de Enlace, que está compuesta por la Sociedad Rural Argentina (SRA), Coninagro, Federación Agraria Argentina (FAA) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) sobre este tema. “Debo confesarles que ellos mismos me han planteado el retraso que tenemos en materia de rendimiento, no composiciones comunes, pero también forma una preocupación de los líderes de las mesas gremiales el retraso y la imposibilidad de acceder a la tecnología que la Argentina tiene y mucho más en un contexto de cambio climático. Hay 15 simulaciones de proyección de semestre y estamos con problemas de falta de agua. En algunas áreas tenemos manchones claros y en otras necesitamos de la lluvia y vamos a tener un escenario complejo, y la única respuesta a esto se la da la biotecnología”, añadió.
Remarcó que la Argentina no puede perder relevancia en la producción, como en soja. “Somos un jugador global y no hay que perder esa pertenencia a las grandes ligas en rendimiento y en productividad. Hay inversiones suspendidas y hay inversiones que se van a Brasil por no tener un marco normativo. Esto es muy complejo. Sabemos de la situación de los productores que reciben cartas documentos, que son sometidos a un marco de incertidumbre muy grande, que esto también hay que resolver. Estamos tratando de iniciar un proceso de consulta de escucha de opinión y vamos a resolver lo que sea lo más conveniente para el interés del país”, resumió. Dijo también que faltan consultas institucionales para después formular una propuesta definitiva.
Desde el ministerio señalaron que aún no hay un camino de base, pero que se va a dialogar con todos los actores para encontrar un camino posible. “Tiene que ser algo que garantice a los productores que el rendimiento va a ser por encima de lo que tiene el sistema actual”, destacó Domínguez.
Desde la industria semillera señalaron que aún restan conocer los pormenores. Sin embargo, destacaron que ven positiva la iniciativa y que es necesario un cambio para invertir.
Por otra parte, un referente de las empresas de semillas destacó que lo que se presentó en la reunión va en concordancia con lo planteado por el ministro desde que asumió. “Veremos cómo sigue”, apuntó.
La ley vigente rige desde 1973 y si bien hubo varios intentos de modificar este escenario, no se logró por completo. “Es un tema que hay que ordenarlo y estamos trabajando en ese sentido”, ratificó Domínguez.
Al mismo tiempo, destacó que se está ante un año que es crítico y que como ministro no se puede quedar con los brazos cruzados. “La única respuesta a la falta de agua es la biotecnología y acá tenemos que poner el acento”, sostuvo Domínguez.
Por último, el ministro habló de que esta iniciativa permitirá importaciones. “Hay inversiones suspendidas y otras que se van a Brasil por no tener un marco normativo”, aclaró.
“La idea es que haya consenso y necesitamos un marco de acuerdo que nos saque de un marco de atraso. Hay que buscar el mejor instrumento y el mejor es el posible”, concluyó el ministro.