El trigo pide la asistencia de las pulverizadoras

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Con una campaña templada y húmeda, se favorece el desarrollo de las malezas. Cuáles son las estrategias para combatirlas.

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyecta un aumento en el área triguera nacional de 300.000 hectáreas, lo que implicaría llegar a 7,2 millones de hectáreas.

De confirmarse la previsión, y de no mediar contratiempos climáticos, será la mayor siembra del cereal en los últimos 15 años.

En este crecimiento influye una mejora en la relación insumo-producto, pero, por sobre todo, pesa el clima favorable.

Las lluvias permitieron excelentes niveles de recarga de agua útil de los perfiles de suelo, con valores que oscilan entre el 80/100% en la Zona Núcleo.

Cuidados

Si bien se avizora una buena campaña, también se espera que los márgenes económicos estén ajustados.

Esta cuestión subraya la necesidad de apostar a la mejor tecnología disponible para lograr la mayor eficiencia en los planteos productivos.

El actual ciclo se presenta más templado y con buena pluviometría en la mayoría de las regiones.

Estas condiciones, ideales también para las malezas, implican su mayor presencia en los lotes al momento de decidir la siembra de trigo y exige definir la mejor estrategia para mantener el lote limpio y proteger los recursos hídricos y nutricionales.

Aplicaciones

Considerando la alta presión de malezas prevista para esta campaña, se pueden utilizar dos estrategias principales utilizando herbicidas residuales de amplio espectro y otros de contacto.

La primera es la aplicación en post emergencia de las malezas y presiembra del cultivo de trigo.

Esto es así porque ese tipo de herbicidas tiene un alto poder de quemado que controla la maleza existente y, a su vez, deja la residualidad necesaria en el suelo para proteger el cultivo.

A limpiar

La segunda opción es una limpieza inicial, reseteando el lote a cero y luego aplicar en post emergencia del cultivo de trigo, desde 3 hojas hasta fin de macollaje.

Para esta alternativa se puede recurrir a herbicidas de contacto, sin acción residual, que se recomiendan utilizar con Glifosato y 2,4-D.

De esta manera, se obtiene el desecado progresivo y el control contundente de malezas de hoja ancha de menos de 15 cm de alto en los barbechos.

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