La primera jornada del dólar soja II, que permite un tipo de cambio a $230, dejó un volumen negociado de 301.716 toneladas, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Ese tonelaje significa una merma del 55 % versus la primera jornada del dólar soja I de septiembre pasado, que tenía un cambio a $200.
La entidad lo explicó así: “Comparando las operaciones de la jornada de ayer con respecto al primer día del Dólar Soja I, encontramos que las operaciones de contrato y fijación disminuyen alrededor de un 55% en total. Sin embargo, si comparamos con respecto al viernes pasado, las operaciones tuvieron un incremento del 282%”.
Para la soja con descarga disponible, con entrega hasta el 25 de diciembre y para las fijaciones de mercadería tuvimos cotizaciones abiertas de $ 85.000/t, superando en $ 5.000/t a los ofrecimientos de la rueda previa.
De acuerdo a la organización, de las 301.716 toneladas comercializadas 192.038 toneladas correspondieron a operaciones que se concertaron durante ayer y, las restantes, 109.678 toneladas a aquellos negocios que se operaron durante el lunes, pero se concertaron previamente.
Ayer, las fábricas elevaron sus propuestas por la soja de 80.000 a 85.000 pesos para el Gran Rosario, siendo que el objetivo inmediato de los vendedores era 90.000 pesos.
Situación del mercado
En rigor, según expresó Sofía Ganly, de AZ Group, la capacidad teórica de pago de la industria estaba en 90.373 pesos la tonelada de soja.
“Los primeros negocios se ubicaron en un máximo de 85.000 pesos, lo que representa un descuento del 6,3% respecto de la capacidad teórica de pago”, indicaron en esa consultora.
“Entonces, con los datos se repite la tendencia vista con el dólar soja de 200 pesos de septiembre; es decir que los compradores pagan con descuentos sobre la paridad teórica, un castigo que está siendo soportado por los productores”, agregaron.
Según remarcaron, el precio percibido por los agricultores es mayor al de mediados de noviembre (70.000 pesos), pero no se ajusta “linealmente” con el aumento en pesos que se verifica en el tipo de cambio y que debería trasladarse directamente al productor.
“Estas intervenciones oficiales en el mercado de soja pueden beneficiar a algunos productores que conserven stock, pero perjudican a quienes hacen otras actividades cuyo costo es la soja (por ejemplo tambo) o pagan alquileres”, expresó la experta.
Sebastián Salvaro, de la misma consultora, afirmó que “conceptualmente el dólar soja servirá para muy poco: se liquidarán algunos millones de toneladas adicionales de soja y se fortalecerán las reservas del Banco Central, pero solo se postergó el problema para principios de enero-febrero, cuando reaparecerán las mismas causas que generaron la implementación de este programa”.
“Si una medida como el dólar soja no va acompañada por otras decisiones de carácter político, es una frazada muy corta que tiene una vida útil cada vez menor”, señaló.