Con un dólar cerca de los $ 1.000 y la vuelta de las retenciones a los niveles anteriores, las empresas empiezan a hacer ajustes internos.
Los negocios agrícolas en Argentina parecen estar atrapados en una encrucijada, según el análisis que hace la consultora Zorraquín + Meneses.
“Hace un tiempo venimos analizando una paradoja que marca el contexto actual para las empresas del agro”, señala la consultora agropecuaria en un informe.
“En general, escuchamos a muchos empresarios ilusionados con que la macroeconomía empieza a ordenarse”, agrega.
“Con altibajos seguramente, pero, en cierta forma, haciendo algo que era necesario hacer si había alguna aspiración de ser un país algo más normal (entendiendo normalidad como ser similar a países de la región)”, destaca.
Contradicción
“¿Y cuál es la paradoja? Que esa satisfacción con el rumbo de la macro no se ve reflejada en los números de las empresas. Al menos por ahora”, puntualiza Zorraquín + Meneses.
“La suma de presión fiscal alta y costos en alza presentan una ecuación de riesgo”, advierte.
“Si el escenario es un tipo de cambio cercano a $ 1.000, y hay vuelta de los derechos de exportación a los niveles anteriores, los negocios agrícolas empiezan a oler a quemado”, afirma.
“Y los que tienen negocios de carne o leche también pasan por un escenario similar. No hay un pedido de devaluación, pero sí de seguir bajando impuestos y de asumir que un dólar bajo tiene algunos efectos colaterales que disminuyen la competitividad”, señala la consultora.
Ajustes
“Si este va a ser el escenario, y todo indica que puede serlo, habrá que hacer ajustes internos (y ya empezamos a verlos)”, anticipa.
¿Cuáles son esos ordenamientos?
- Discusiones intensas sobre el valor de los arrendamientos.
- Modificaciones en los esquemas de rotación.
- Ajuste de gastos donde se pueda.
- Postergación de inversiones que no tengan financiamiento crediticio razonable.
- Ajuste en dividendos a pagar a los socios.
“Como siempre, las decisiones son individuales por empresa y, donde algunos ven un corto plazo pesimista, otros deciden acelerar en la curva”, analiza Zorraquín + Meneses.
“Lo que seguro no aconsejamos es estar en modo inercial y dejar que pase el tiempo para ver qué pasa”, aconseja.
“Sin generalizar, observamos que muchas empresas están patrimonialmente sanas y sin problemas de caja de corto plazo, lo que permite tener mejores herramientas para decidir. Las dudas son muchas, y las certezas pocas”, concluye.