Un informe del Cadia alertó que, sin más producción, el acuerdo podría tensionar el mercado interno. También cuestiona la falta de actualización de la canasta del IPC.
El Centro Argentino de la Ingeniería Agronómica puso un alerta al anunciado Acuerdo de Comercio e Inversiones Recíprocas entre Argentina y Estados Unidos el entender que si bien la ampliación de la cuota de exportación desde las actuales 20.000 toneladas hasta 80.000 toneladas abre una oportunidad comercial, también plantea un serio desafío productivo.
Desde el Cadia advirtieron que, aunque ese volumen adicional resulta insignificante para el mercado norteamericano, para la Argentina significaría retirar del consumo interno el equivalente a 1,3 kilos de carne por habitante por año, si no se logra incrementar la producción.
Por eso, los ingenieros subrayaron que el debate no debe centrarse únicamente en el comercio exterior, sino en la necesidad de aumentar la productividad ganadera, a través de más stock, mayor peso de faena, mejora de índices reproductivos y modernización de toda la cadena.
En ese sentido, remarcaron que la verdadera oportunidad estratégica para Argentina no pasa solo por vender más carne, sino por transformar más maíz y soja en proteína animal, agregando valor en origen, algo clave frente a la creciente competencia internacional.
Actualización del IPC
El informe de Cadia también plantea una observación al Indec, al señalar que el impacto de la carne en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) continúa “sobredimensionado” debido a que la canasta de cálculo no fue actualizada en función de los cambios en los patrones de consumo.
Según este Centro, esta situación genera distorsiones en la percepción de la inflación vinculada a los alimentos, ya que hoy la carne vacuna tiene un peso relativo menor dentro del consumo total de proteínas, desplazada por el crecimiento del pollo y el cerdo. La actualización de la canasta recién estaría prevista para el próximo año, lo que prolonga ese desajuste estadístico.
La entidad describe el cambio estructural en la mesa de los argentinos. El consumo de carne vacuna cayó a niveles cercanos a los 50 kilos por habitante por año, muy lejos de los 90 kilos históricos. En contrapartida, el pollo ronda los 45 kilos per cápita, mientras que la carne porcina se ubica alrededor de los 20 kilos.
De este modo, el consumo total de proteínas animales se mantiene estable en torno a los 115 a 120 kilos por habitante por año, en línea con la tendencia mundial, donde las carnes blancas lideran la producción.
Producción
Argentina produce cerca de 3,5 millones de toneladas de carne vacuna por año, de las cuales alrededor del 80% se destinan al mercado interno. Las exportaciones alcanzan los 3.000 millones de dólares anuales, con China como principal destino, concentrando cerca del 70% de los envíos.
El informe también señaló que, para 2025, el productor ganadero deberá invertir más de 20.000 millones de dólares entre reposición de hacienda, alimentación, gastos directos y bienes de capital, siendo la nutrición el principal componente de los costos.



