Es fundamental cuantificar la disponibilidad de pasto en cada potrero, recorriéndolos con la intención de establecer un plan de descanso o aprovechamiento.
A poco más de un mes de la llegada del invierno, que puede ser un desafío para la ganadería en el nordeste argentino, especialmente tras varios años de lluvias escasas. Para garantizar la eficiencia productiva especialistas del INTA Colonia Benítez -Chaco- pone el foco en ordenar el rodeo, revisar el plan sanitario y planificar la compra de alimento, entre otras acciones. Estas son decisiones estratégicas para anticiparse a las necesidades de los próximos meses.
Para lograr un buen desempeño de la actividad ganadera durante el invierno, un equipo de especialistas del INTA destaca la necesidad de realizar una evaluación de las fuentes y almacenamiento de agua, el destete, la clasificación y venta de animales improductivos, la correcta asignación de potreros, la planificación de la suplementación y la actualización del plan sanitario, especialmente en los terneros y la recría.
“El primer paso es realizar un diagnóstico de gestación con el veterinario que nos permita conocer si está vacía o preñada, el tiempo de gestación y la condición corporal mediante la escala de 1 a 9 para determinar el grado de reservas endógenas”, expresó José Rosello, especialista en producción animal del INTA Colonia Benítez.
Otro aspecto importante es destetar a todos los terneros que aún estén al pie de la madre y, sobre todo, en aquellas que tengan baja condición corporal (menor a 3), teniendo en cuenta los diferentes tipos de destete según la edad y peso de los terneros, así las vacas puedan recuperar su condición con el aprovechamiento del rebrote otoñal. “Se debe priorizar la alimentación de las vaquillas de reposición, preñadas de primer servicio, preñadas de segundo servicio, preñadas de baja condición corporal”, indicó Rosello.
Por otro lado, es fundamental cuantificar la disponibilidad de pasto en cada potrero, recorriéndolos con la intención de establecer un plan de descanso o aprovechamiento, según la especie y el estado en el que se encuentren los mismos. Destinando potreros de menor calidad a animales de menores requerimientos y clausurando aquellos que presenten baja cantidad para usar en el invierno con las categorías críticas mencionadas con anterioridad.
Además, “es clave asegurar el correcto funcionamiento de los sistemas de extracción y almacenamiento de agua con los que cuente el establecimiento para garantizar su disponibilidad continua durante la todo el año”, puntualizó el especialista del INTA.
El noreste argentino cuenta con una amplia variedad de alimentos y subproductos agroindustriales que pueden utilizarse en la alimentación bovina, en función de la oferta forrajera disponible y de la categoría a suplementar. Es prioritario seleccionar alimentos con alta concentración de proteína y energía para maximizar su impacto.
Ante la llegada del invierno y la disminución de forraje disponible, tanto por efecto del frío invernal como por la falta de agua, recrudece la incidencia de las intoxicaciones por ingestión de plantas tóxicas. Esto favorece que los animales ingieran plantas que resultan tóxicas por distintas razones, o porque se mantienen verdes cuando el pasto está seco, frecuentemente mezcladas con los pastizales, o por sus hojas que caen al pasto y mantienen su toxicidad.
En este sentido, Victoria Rossner -especialistas en sanidad animal del INTA Colonia Benítez- indicó que se aconseja verificar la presencia de plantas tóxicas en los potreros. “Algunas de las plantas son: el mio-mio y el duraznillo negro alrededor de los montes, así como la primavera de campo en chacras viejas”. Además, “en condiciones de sobrepastoreo o escasez de otros recursos alimenticios, los animales recurren a estas plantas como fuente de alimento, desencadenando la intoxicación”, señaló.
Esta es la época ideal para dejar los lotes preparados y asegurar el buen estado de salud del rodeo. “En los terneros, es el momento de reforzar el plan sanitario recomendado por el veterinario. Las vacunas esenciales en esta etapa incluyen Aftosa y brucelosis (obligatorias), vacuna clostridial en los destetes, con refuerzo a los 30 días, vacuna contra carbunclo (puede aplicarse junto con aftosa) y, en zonas endémicas, vacuna contra rabia paresiante”, detalló Rossner.
Además, se recomienda la aplicación de antiparasitarios internos en animales menores de dos años antes del invierno y, en establecimientos con presencia de garrapatas, es necesario implementar tratamientos con garrapaticidas. Otras medidas incluyen la aplicación de cobre inyectable en zonas con deficiencia y la vacunación contra babesiosis y anaplasmosis en los terneros destetados.
Para que estas tareas sean efectivas, “es clave planificar con antelación el trabajo en los corrales y contar con todos los insumos necesarios antes del día programado”, señaló Rossner quien puntualizó que no existe un plan sanitario único: cada establecimiento debe adaptar su manejo según las recomendaciones del veterinario, garantizando así la sanidad y productividad del rodeo.