El negocio global de la maquinaria agrícola vive la transición entre 2023 y 2024 con la creciente certeza de un freno en las ventas. Todos los parámetros disponibles dan cuenta de una retracción de la demanda y de dificultades económicas en los principales mercados.
Para graficar la situación, se pueden tomar como referencia los reportes de los concesionarios europeos de agromáquinas.
La principal preocupación en el último trimestre de 2023 es la acumulación de stocks ante la baja de pedidos.
Por ejemplo, en el caso de Francia, un mercado que este año había tenido buenos niveles de ventas, el problema ya es claro.
“Nunca habíamos visto que la gestión stocks preocupara tanto a los comerciantes de maquinaria agrícola en las encuestas periódicas que realizamos sobre el clima de su actividad”, advirtieron desde SEDIMA, la entidad que agrupa a los concesionarios franceses.
Pronósticos
Entre las compañías internacionales, también está instalada la previsión de negocios debilitados durante 2024.
John Deere ya había estimado que la demanda de sus equipos agrícolas bajará entre 5% y 15% en Estados Unidos y hasta 10% en Europa.
Claas, por su parte, anticipa que “debemos prepararnos para un entorno de mercado más difícil”.
Entre los motivos que la empresa expuso para fundamentar la previsión, figuran “la situación económica en nuestros principales mercados de Europa Central y Occidental, así como de América del Norte”.
Pausa
En líneas generales, se espera que la rentabilidad de los productores caiga en el mundo, debido a una baja de los ingresos y de su poder adquisitivo.
Otro factor de arrastre consiste en que las circunstancias creadas por la pandemia (con el retraso en las cadenas productivas y de entrega de equipos) se normalizaron en 2023.
Y, de este modo, 2024 aparece como un año en que el ritmo de producción y de provisión estará en su cauce habitual. Además, empalma con un contexto más frío.