El refugio en maíz cayó al 45% en los últimos años

0
22

La tecnología Bt ha revolucionado la producción de maíz en Argentina, pero la responsabilidad de su uso adecuado y la adopción de refugio no deben pasarse por alto. Los motivos de su retroceso en la última campaña.

Según los datos relevados por Aapresid entre sus encuestados, en las últimas campañas (2018/19 a 21/22) el 85% de los productores adoptó refugio, aunque sólo un 55% manifestó hacerlo de forma correcta.

En la campaña pasada se encendió una luz de alerta ya que este valor cayó al 45%. Tendencia coincidente con el último informe presentado por ReTAA a nivel nacional, para el mismo período.

Frente a este escenario, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid fue invitada por la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) a participar del Congreso Internacional de Maíz 2023 para intercambiar experiencias sobre la actualidad y desafíos del cuidado de las biotecnologías de maíz y el uso de refugio.

Tecnología Bt y refugio

La tecnología Bt permitió la expansión del cultivo a zonas de alta presión de plagas insectiles y la siembra de maíz tardío, que ahora ya cubre más del 50% de la superficie maicera en el país.

Sin embargo, como citó la representante de ASA Fabiana Malacarne, haciendo referencia a una frase célebre de Spiderman, «un gran poder conlleva mucha responsabilidad». El buen uso de las biotecnologías disponibles y la aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) son indispensables para el Manejo de Resistencia de Insectos (MRI).

¿Por qué hubo un retroceso en la adopción de refugio?

La adopción de maíz tardío en la última campaña fue del 82% entre los productores socios de Aapresid. A pesar de esto, los refugios no siguieron esa tendencia masiva.

Al analizar la situación, se encontraron diversas razones detrás de esta disminución. Una de ellas es la falta de capacitación y concientización sobre la importancia del refugio en el manejo de la resistencia de plagas, más aún en maíces tardíos.

La sequía también ha desempeñado un papel importante. La campaña pasada fue particularmente difícil debido a condiciones climáticas adversas, y esto pudo haber llevado a cambios en el manejo de los cultivos, incluida la decisión de no adoptar el refugio.

El cambio en el manejo agronómico, dónde algunos productores que históricamente sembraban maíz temprano optaron por cambiar a maíz tardío, lo que plantea desafíos adicionales en la gestión de los refugios a los que no estuvieron preparados.

Los costos también entraron en juego. Una posible sobreestimación del costo de implementar prácticas de refugio, pudo haber disuadido su adopción. Estudios de ASA demostraron que sembrar y manejar el refugio adecuadamente tiene un costo aproximado de sólo 10 U$S/ha.

Además, existe un efecto más bien social y cultural en la percepción de que «si no todos los productores lo hacen, ¿por qué debería hacerlo yo?». Esto refleja la necesidad de un enfoque más unificado y de la creación de conciencia sobre la importancia del refugio. El cumplimiento y la supervisión de las prácticas de refugio pueden ser un desafío.

¿Cómo se eligen híbridos a nivel nacional?

REM monitorea en la Red de Maíz Tardío de Aapresid la evolución y performance de las diferentes biotecnologías disponibles. Existen tecnologías que aún funcionan eficientemente en zonas que de otra manera verían imposibilitada su producción. El estudio para la campaña pasada marca, como era de esperar, que la presión de Spodoptera frugiperda fue superior en los sitios ubicados más hacia el norte de Argentina. Sin embargo, en aquellos sitios donde la presión de la plaga no fue elevada, la tecnología Cry continúa aportando al control.

Uno de los problemas que existen actualmente es que la elección de biotecnología se está volcando a una sola proteína, la Vip, que es la que aún no vio disminuida su eficacia. Según el mapeo REM, la adopción de tecnología en maíz tardío, se ha volcado en más del 50% a materiales con esta proteína en detrimento de la tecnología Cry. Más preocupantes son los números en el NOA y NEA donde las presiones son mayores y las necesidades de aplicaciones foliares de insecticidas en Cry se han masificado (Figura 1).

Figura 1. Mapas REM: Comparativo de uso de tecnologías y necesidad de aplicación en maíz tardío, campañas 19/20 – 21/22

¿Por qué no hay más refugio?

Desde aapresid, señalan que más de la mitad de los productores manifiestan que la necesidad de simplicidad operativa y logística es un punto crucial a la hora de pensar en sembrar el refugio. En esto deben colaborar todos los eslabones de la cadena semillera: muchos productores dicen no contar con disponibilidad de semilla que cumpla con los requisitos del refugio (híbrido de ciclo similar, calibre adecuado, cantidad de bolsas, etc.).

Otros productores (26%) sostienen que la obligatoriedad puede ser una salida a que se masifique el refugio. La premiación con incentivos económicos (23%) aparece como el tercer punto que puede empujar a la decisión, aspecto en el cual varias provincias vienen trabajando.

La falta de capacitación de manejo de refugio (14%), con rindes acordes a los materiales Bt, difundir los resultados son indispensables para que el productor vea que la diferencia productiva como en costo de un refugio bien manejado no es tan amplia como se presume.

¿Y si las proteínas Bt pierden eficacia?

Si las proteínas Bt perdieran totalmente su eficacia, esto requeriría que los productores se vuelquen más aún a otros métodos como insecticidas químicos, precisaron desde la entidad. Una alternativa menos eficiente y costosa en términos económicos y ambientales que afectaría a la rentabilidad del sistema.

Otro punto importante por el que se usa la tecnología Bt es para tener más flexibilidad en la siembra, especialmente para el maíz tardío. Si perdemos esa eficacia, podríamos estar menos preparados para lidiar con los cambios futuros en las condiciones climáticas.

En conclusión, la tecnología Bt ha sido un avance valioso en la producción de maíz en Argentina, pero la responsabilidad de su uso adecuado y la adopción de refugio no deben pasarse por alto. La colaboración entre agricultores, empresas y reguladores es esencial para enfrentar los desafíos futuros y mantener la salud y la rentabilidad del cultivo de maíz en el país.